Me despido y Noelia, una de las psicólogas, me pregunta: “¿Te vas sin comer un poco de palmera? ¡Eso no se puede hacer, mujer, es un delito que te marches sin probarla!”
Te pregunto a ti que me lees (y quizá te parezca una exageración lo que me dice Noelia): ¿verdad que en la vida hay cosas menudas, casi insignificantes que, sin embargo, aunque te las cuenten, si no las has vivido son imposibles de entender? Algo así pasa con las palmeras gigantes de chocolate, ¡ya ves!. Y algo similar, pero mucho más inabarcable, sucede con las cosas inmensas, que por un momento, largo, muy largo o eterno, se llevan un pedazo de nuestro ánimo, un jirón de nuestro corazón. En el camino por recuperarlo, aunque irregular, intermitente, es una fortuna contar con la Asociación Alhelí y su equipo, humano y generoso, que no nos suelta la mano.
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“Lo nuestro es muy
reciente, en abril se nos fue la niña, ¡es tan linda! Si no has pasado por
esto, no me vas a comprender, mira mi hermana, me quiere lo más grande, pues ni ella puede hacerse una idea de este dolor”.
“Perdí a mi hijo antes
de nacer, hace un año, ya estoy mejor y sigo aquí en Alhelí ayudando a otras personas
como antes me ayudaron a mí. No es fácil y, en mi situación,
siempre hay alguien que pretende animarte diciendo cosas tan absurdas y penosas como “Ya
tendrás otro, mujer”.
“Mi hijo se despidió de
mí una mañana y ya no volvió más, un accidente de tráfico me lo arrebató. Es
duro no poder decirle adiós, esperar que vuelva y ver que eso ya no podrá ser jamás. Ahora, intento ayudar a otros que sufren lo
mismo que yo he sufrido. Es difícil dar el paso y venir a Alhelí, pero hacerlo es la mejor decisión que he tomado”.
“Después de cuatro años,
seguimos montados en “la noria”: un día mejor, otro regular, otro peor… esto no
se pasa, sólo se aprende a vivir con ello, elegimos seguir adelante, acompañar
a otros, sin olvidar, sin dejar de doler, aunque de otra manera. Alhelí nos ha ayudado muchísimo, siempre nos lleva de la mano, no nos abandona nunca”.
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El pasado 25 de junio finalizaron los grupos de apoyo mutuo y hemos tenido café de alhelíes.
En la puerta de la asociación, los ojos sonreían y las mascarillas bajaban un segundo para reconocer rostros que sólo se han visto “en la pantalla”, compartiendo duelo y lágrimas, acompañamiento, escucha: “¡Eres tú, has venido!”, “¡Madre mía, qué guapísima eres en persona!"
Psicólogas, facilitadores/as, “antiguos/as” y “nuevos/as” se arremolinaban en la acera, abrazos y complicidad… Las manos venían tan repletas como los corazones: tartas caseras, bombones, flores, plantas, un cariñoso mural y una palmera de chocolate gigante. Yolanda, fundadora y presidenta, aparecía cargando una cafetera y toda la fuerza, constancia y generosidad que una persona puede albergar.
El grupo se distribuye sentado en un gran círculo y los testimonios dibujan la tarde con las sombras de partidas muy tristes, penas profundas... y destellos, brillos, fulgores que sólo el amor más grande puede desprender.
ASOCIACIÓN ALHELI DE AYUDA AL DUELO.
La Asociación Alhelí nace del impulso de Yolanda Verdugo (celadora especialista del área quirúrgica del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga), con el fin de facilitar la elaboración y superación del duelo, mediante la aceptación de la pérdida, la adaptación a la nueva vida, a través de la herramienta grupal (con guía profesional), y evitación del denominado duelo patológico.
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Maribel Perujo (Secretaria), Concepción López (Tesorera), César Ramírez (cirujano, fundador de Bisturisolidario.org) y Yolanda Verdugo (Fundadora y Presidenta). Fuente foto: Asoc. Alhelí (Facebook). |
Alhelí colabora con Parcemasa (Parque
Cementerio de Málaga) desde hace cuatro años, destacadamente, en estos últimos tiempos: en unión al Grupo de Orientación y Apoyo Psicológico de esta entidad, se han multiplicado los casos atendidos por Alhelí, debido a la dificultad de desarrollar el proceso de duelo en soledad, el obligado confinamiento y el aislamiento social al que hemos sido sometidos. Más de 200 personas han recibido la ayuda de la asociación, más de 50 han participado en los grupos de apoyo, desplazándose Alhelí a todos los rincones de la provincia de Málaga donde su asistencia era necesaria.
Y en línea con su labor, no sólo en la capital (en la que se encuentra su sede, concretamente, en la calle Catedrático Cristóbal Cuevas 13), sino también en la provincia, el pasado 1 de julio, comenzó uno de sus programas, "Talleres psicoemocionales", en colaboración con la Diputación de Málaga. La iniciativa está dirigida a nuestros mayores, quienes, a pesar de los obstáculos del último año, han salido adelante con sus propios recursos y esfuerzos. Riogordo será el primer municipio malagueño en disfrutar de este programa.
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¿QUÉ ES EL DUELO PATOLÓGICO?
Resulta esencial
conocer cuál es el desarrollo natural del duelo para poder identificar las
señales de riesgo que indican que se está complicando o convirtiendo en
patológico.
Dado que el duelo es un proceso normal con evolución favorable en el tiempo, si transcurren varios meses (o, incluso, si desde el primer momento), se observan ciertos indicadores, debemos estar alerta y contar con intervención terapéutica y farmacológica.
Los indicadores a tener presente, entre otros, son: sentimientos de culpa inconsolable,
desesperación, inmenso vacío, no querer salir a la calle ni comer, dependencia a la bebida o medicación, deseos
de morir para reunirse con el fallecido, hablar continuamente de él.
Es preciso destacar que existen circunstancias predictoras de la complejidad para elaborar el duelo y su posible patologización: edad del fallecido (no nacido, bebé, niño/a, adolescente, cabeza de familia),
tipo de muerte (enfermedad repentina, accidente, Covid sin posibilidad de
despedida, asesinato, suicidio…), enfermedad prolongada (con el consiguiente desgaste familiar). La personalidad del doliente o su relación con la persona fallecida también puede complicar la gestión del duelo.
LA IMPORTANCIA DEL ACOMPAÑAMIENTO.
Acompañamos estando a su lado, respetando su dolor, ayudando y escuchando activamente, sin recomendaciones, juicios ni censuras.
A menudo, basta con auxiliarles en las tareas del día a día, prestándoles un hombro, un abrazo, una mano en la toma de pequeñas decisiones cotidianas. Siempre teniendo presente que el duelo no es una enfermedad,
no tiene tiempo concreto de duración, no se cura con pastillas, no hay que
evitarlo ni taparlo.
Y no olvidemos que es mejor ser sinceros y
mostrar nuestro respeto y sentimientos: “No sé muy bien qué decirte pero quiero
que sepas que estoy aquí para lo que necesites”.
¡ESPERAMOS TU GRANITO
DE ARENA!
La Asociación Alhelí agradece profundamente toda ayuda que podamos ofrecerle, donativos, colaboraciones, visibilidad... Os animo a seguirla y compartir sus publicaciones, tanto en Facebook como Instagram, también Twitter y, muy especialmente, a pasar por su canal de Youtube, en el que podréis conocer un poquito más del importantísimo trabajo que lleva a cabo incansablemente.
MÁS RECURSOS SOBRE EL DUELO.
COVID: Guía de duelo para familiares, profesionales y población general.
Guía para familiares en duelo. Sociedad Española de cuidados paliativos.
Asociación Alhelí: una ayuda necesaria para superar la pérdida.
AGRADECIMIENTOS
Gracias Yolanda y gracias equipo Alhelí, por vuestra labor y humanidad y por vuestra amable colaboración en este artículo. Y gracias de corazón a los usuarios y usuarias de Alhelí que me permitieron compartir con ellos el café de alhelíes del 25 de junio de 2021.
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