Durante la carrera, el Derecho Registral ya era de mis favoritos. Ciertamente, la idea de “ coordinar realidad registral y extraregistral ”, así tal cual, costaba un poquito entenderla (o explicarla, no sabría decir). Pero tuve suerte. Al poco de empezar a ejercer, un “ macro asunto ” me hizo comprender, de golpe y porrazo, qué significaba esa coordinación o, más bien, descoordinación: que la certificación catastral descriptiva y gráfica de una propiedad coincidiera total y absolutamente con la realidad y, a la vez, con la información obrante en el correspondiente registro de la propiedad es, con frecuencia, una utopía, magia, casi brujería. Y es que las discrepancias en los distintos niveles (realidad, registro, catastro ) suelen pasar desapercibidas durante años. Un día el inmueble se mueve jurídicamente y las piezas no encajan. Y entonces vienen las risas. Una de mis clientas, Trinidad, estuvo mucho tiempo riéndose cuando, tras el fallecimiento de su esposo (2004), se p