Dicen que “una imagen vale más que mil palabras” y lo cierto es que solemos alimentar la realidad de lo que vemos e ignorar o minimizar lo que no, por eso una pierna escayolada es un hecho rotundo e indiscutible y un fuerte y continuado dolor en todo el cuerpo no pasa de ser el mero comentario de quien lo sufre. La fibromialgia no se ve, no como una pierna fracturada, por eso es fácil recomendar “anímate, no será para tanto, pon un poco de tu parte, tómate algo y ven a dar una vuelta….” y mil consejos más que jamás daríamos a alguien con muletas.
https://afibrom.org/ |
AFIBROM nace en 1995 como Grupo de Ayuda
Mutua en la LIRE (Liga Reumatológica Española), inscribiéndose como asociación
sin ánimo de lucro en 1997 y siendo declarada de utilidad pública por la
Comunidad de Madrid en 2011. En estos veinte años de vida, AFIBROM ha crecido y
se ha adaptado a las necesidades de las personas usuarias, ampliando sus
servicios, pues las dolencias y síntomas de sus pacientes no son pocas. De
hecho, y en lo que refiere a la fibromialgia, los síntomas van mucho más allá
del dolor permanente: el 90% de los pacientes tienen cansancio, el 70-80%
trastornos del sueño y hasta un 25% ansiedad o depresión, son muy frecuentes
otros síntomas como mala tolerancia al esfuerzo, sensación de rigidez
generalizada e inflamación delimitada en manos y pies, hormigueos que afectan
de forma difusa a las manos, cefalea, colon
irritable, sequedad en la boca y los ojos, entre otros muchos (Fuente:
Fundación Española de Reumatología).
Lamentablemente, no conocemos la causa de esta gravísima alteración de la salud, aunque sí se sospecha que se trata de una enfermedad multicausal: puede aparecer tras sufrir un proceso o infección bacteriana o viral, un accidente de tráfico, soportar estrés sostenido largo tiempo o muy intenso o después de que otra enfermedad afecte al paciente (artritis reumatoide, lupus eritematoso...). Según todo apunta, estas circunstancias no producen la enfermedad, sino que “la despiertan” en quien ya la tiene latente o se encuentra predispuesto de alguna manera a sufrirla, por contar con una anomalía o peculiaridad oculta en su sistema de respuesta a ciertos estímulos.
AFRIBROM intenta suplir, en la medida de lo posible, las carencias sanitarias, sociales y personales que padecen los pacientes de fibromialgia y otras dolencias relacionadas, de origen aún confuso o indeterminado, sin tratamiento eficaz ni prueba diagnóstica definitiva, posición que “se agrava en las personas con pocos recursos económicos porque el tratamiento farmacológico no es suficiente y estas personas no tienen acceso a tratamientos alternativos, que son necesarios para llevar una vida digna”- tal como nos cuenta Luisa Fernanda.
En efecto, llevar una vida digna aparece complicado cuando lograr identificar la enfermedad que se sufre requiere un peregrinaje por distintos especialistas que puede durar años y una vez se obtiene diagnóstico, no existe una cura como tal, sólo paliar los síntomas y sus daños: “Diagnosticar fibromialgia es diagnosticar resignación”- explica el Doctor Carlos Isasi, reumatólogo, gran conocedor de esta enfermedad. Desafortunadamente, no es sencillo encontrar un facultativo empático y receptivo con el enfermo de fibromialgia y, en muchos casos, aunque lo tengamos delante, los recursos y tiempos limitados con los que trabaje limitan también la atención al paciente, proyectando sobre él juicios de valor, desgana, incomodidad, falta de información y desamparo.
Afortunadamente, gracias al esfuerzo de los pacientes y a la valiosa labor de organizaciones como AFIBROM, la situación ha cambiado sensiblemente estos últimos años: “En este tiempo,
hemos conseguido una mayor visibilidad y los afectados se sienten más libres de exteriorizar que padecen fibromialgia, ya no tienen tanto miedo a los juicios a los que estamos acostumbrados a padecer” -apunta Luisa: “algo muy importante es que el tiempo de diagnóstico se ha reducido enormemente, antes podían pasar 15 o 20 años hasta conseguirlo, ahora es posible tenerlo en unos meses. Esto puede evitar llevar al paciente a una depresión severa por la incertidumbre que produce el no saber qué le está ocurriendo y da la oportunidad al paciente de tomar las riendas de la enfermedad”.Un pilar
fundamental para ayudar y acompañar al enfermo de fibromialgia es la familia,
Luisa nos ofrece distintas claves para que la tarea sea algo más sencilla,
saludable y eficaz: “resulta esencial que se informen bien de la enfermedad
y sus limitaciones y que pidan ayuda si se sienten desbordados. AFIBROM también
ayuda a los familiares porque entendemos que la fibromialgia, es “una
enfermedad familiar”: cualquier enfermedad crónica con grandes limitaciones
para el paciente, afecta a la marcha habitual de la familia. Por eso, todos
deben adaptarse a la nueva realidad, repartir tareas, entender los límites,
gestionar las emociones que emergen ante una situación desconocida, saber
adaptarse a los cambios, incluso de un momento para otro, porque en un momento concreto el paciente se encuentra bien y hace planes y pocos minutos después, quizá los anule porque ya no está tan bien".
Resulta
inevitable preguntarnos cómo ha afectado la pandemia al paciente de
fibromialgia y a la actividad de la propia asociación. Nos comenta Luisa que el
enfermo se ha mantenido en casa, en recogimiento, tal como lo hacía antes por
causa de la patología, pero que la incertidumbre sobre la salud ha aumentado
irremediablemente, por eso se han “puesto las pilas”: “nos
hemos adaptado pronto y con mucho éxito a la comunicación online. En el
confinamiento celebramos talleres semanales para acompañar a nuestros socios y
ayudarles a tener una rutina de bienestar. En la actualidad tenemos una
plataforma bien estructurada con todas las actividades que realizábamos de
forma presencial en nuestras sedes y como era de esperar ha tenido una gran
acogida entre las personas que no podían trasladarse a ellas, ahora pueden
recibir las clases de una forma muy cómoda sin esfuerzos”.
https://afibrom.org/por-que-ser-socio/ |
Así, aunque AFIBROM cuenta con
una sede central en Madrid (y tres delegaciones más en Leganés, San Sebastián
de los Reyes y San Lorenzo del Escorial), su vocación es la de servir a
cualquier persona que padezca fibromialgia en todo el territorio español.
Además, sus numerosas actividades pasan por un programa de atención
multidisciplinar que incluye rehabilitación física, psicología, sociabilización, atención a las familias y asesoría jurídica. También
desarrollan programas de sensibilización, reivindicación e investigación.
Para llevar a cabo su importante labor, AFIBROM se financia gracias a las cuotas de sus socios, además de pequeñas subvenciones públicas y donaciones particulares. Luisa nos explica, como ya imaginábamos: “Esto es insuficiente en relación con la inmensa tarea que hacemos tanto terapéutica como informativa, ya que, aunque seamos del ámbito de la Comunidad de Madrid, informamos con el mismo cariño y tiempo necesario a cualquier persona que quiere aclarar sus dudas. Si tuviéramos financiación de empresas o más donaciones podríamos tener una plantilla profesional contratada fija. Ahora damos este servicio con el esfuerzo extraordinario de magnificas personas que ofrecen su tiempo a cambio exclusivamente de la gratitud de otras, pero esta labor debería ser remunerada porque no hay horario, ni fines de semana, ni vacaciones para nuestro equipo, dedicamos a AFIBROM el cien por cien de nuestro tiempo personal”.
Podemos poner nuestro granito de arena, ser
sociales, aportando donaciones o haciéndonos socios de AFIBROM,
patrocinando sus actividades o eventos, de esta manera “podrán seguir ayudando a este colectivo para que tengan una
vida digna y devolverles la ilusión y la sonrisa”-así concluye Luisa, a la
que agradecemos de corazón su colaboración en este post y el destacado
trabajo que realiza AFIBROM.
https://afibrom.org/fibromayo/ |
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