¿Qué crees que opinaría San Juan de Dios sobre esta afirmación del psicólogo Rafael Santandreu?:
Terapia ocupacional. Fuente Foto SJD Multimedia |
Santandreu ya se ha presentado solo.
Yo te presentaré a Juan Ciudad,
quien luego fuera San Juan de Dios.
Juan nace en 1495 en Montemor o Novo, un pueblecito de Portugal. Ocupa primero su tiempo en ser zagal, luego pastor, más tarde, con 28 años, soldado en las tropas al servicio del Emperador Carlos V.
Tras
abandonar la vida militar y residir en diferentes ciudades de España, se
asienta en Granada, donde vende libros y conoce a San Juan de Ávila.
La “conmoción espiritual”
de este encuentro, le hace dar voces y gritos que asustan a algunos, por
lo que termina siendo juzgado y recluido en la unidad de “dementes” del Hospital Real de Granada. Allí sufrirá las “terapias” de la época: celdas oscuras, manos
atadas, azotes, “baños de sorpresa”, “exorcismos”, cadenas…
Juan pregunta a sus cuidadores:
«... ¿por qué tratáis tan mal y con tanta
crueldad a estos pobres miserables y hermanos míos... no sería mejor que os
compadeciésedes dellos y de sus trabajos, y los limpiásedes y diésedes de comer
con más caridad y amor que lo hacéis...?».
Aquella durísima experiencia le hace
comprender que su misión es procurar un hospital en el que “recoger
a los desamparados y faltos de juicio y servirles como yo deseo”, tarea a
la que dedica su tiempo y recursos en cuanto San Juan de Ávila (sabedor de que no
era loco sino cuerdo) logra sacarlo del Hospital.
Nada le parece un obstáculo: viaja a
Castilla para recaudar fondos, participa en el desalojo de los enfermos durante
el incendio que asola el Hospital Real de Granada (1549) y se arroja al río
Genil para salvar a un muchacho que se estaba ahogando. El arrojo le trae una
pulmonía que debilita su salud. Entrega su alma el 8 de marzo de 1550.
San Juan de Dios fue beatificado en 1630
y canonizado en 1690. Es Patrono de los Hospitales, enfermeras y enfermeros,
también de Granada y de los Cuerpos de Bomberos de España.
VALORES DE LA ORDEN Y LUCHA CONTRA LA
ESTIGMATIZACIÓN.
Su obra continuará realizándose bajo forma jurídica, por deseo de quienes fueron sus colaboradores, y será una Orden Religiosa de Hermanos de carácter benéfico; es Hospitalaria por su dedicación a un fin primordial: mostrar al mundo el amor del “Cristo compasivo y misericordioso del Evangelio, el cual pasó por este mundo haciendo bien a todos y curando toda enfermedad y toda dolencia”. (Cf. Constituciones, n. 2).
Podríamos reducir a esta frase, sencilla pero
clara y contundente, los valores que alumbran el camino de la Orden. Pero no
debemos olvidar la importancia que otros principios esenciales en su actividad:
respeto a los derechos y dignidad de la persona asistida, atención integral
-gracias al trabajo en equipo y el equilibrio entre la técnica y la
humanización-, respeto a la dimensión espiritual del paciente, sea cual sea su
credo, derecho a morir con dignidad y libertad de conciencia, entre otros.
Todo ello conforma el “Modelo de Atención” de la Orden.
Y, desde luego, si hay algo que caracteriza a la Orden es su lucha contra la estigmatización de la enfermedad mental.
El estigma acarrea estereotipos negativos
(mitos o creencias sin contrastar) que generan prejuicios y/o rechazo hacia
ciertas personas o colectivos: la lucha de Juan Ciudad y ahora la Orden está en
lograr que el enfermo sea protagonista de su propia historia, asistiéndole en
aquellos aspectos en los que requiere de nuestro apoyo desde un punto de vista
integral, también el de toda la comunidad, brindando oportunidades para su recuperación,
rehabilitación y reinserción social.
Sucede que una de las formas que
toma la estigmatización es el autoestigma:
“Es desconocido por la mayoría que a
muchas de las personas que sufren una enfermedad mental les resulta difícil
escapar del estereotipo de su propia condición. Diferentes estudios revelan que
estas personas son tan negativas en sus opiniones como lo es la población
general. A este fenómeno se le conoce como autoestigma y trae consigo
importantes consecuencias como la propensión al aislamiento, el sentimiento de
vergüenza, la dificultad para solicitar ayuda e incluso el incremento de
recaídas (Fuente: CASJD.ES)”.
Volviendo al principio del post, no nos imaginamos a Juan Ciudad diciéndole a uno de sus desamparados que lo es porque quiere y le ha puesto muchas ganas.
MÁS INFORMACIÓN SOBRE LA ORDEN HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE DIOS:
La Orden: mantiene 454
obras apostólicas en todo el mundo (hospitales, centros sociales y sanitarios),
alcanzando 53 países y atendiendo a más de 80.000 personas al día. Más de 1.000
hermanos, 55.000 trabajadores y 9.000 voluntarios trabajan incansablemente bajo
su dirección.
En España: cuenta con 75
hospitales, centros sociales y sanitarios, más de 200 hermanos, alrededor de
12.000 trabajadores y 3.600 voluntarios.
En Málaga: tiene una
importante presencia, concretamente, tres centros: Asistencial (Camino de
Casabermeja), Acogida (Málaga capital) y Residencia (Antequera).
Solidaridad: más allá de su labor benéfica propia, la Orden lleva a cabo destacadas acciones sociales a
través de su Área de Desarrollo Solidario (planes de urgencia social, garantía
alimentaria, prestaciones sociosanitarias, atención a la infancia y personas
refugiadas, inserción social y laboral, docencia e investigación y acción
tutelar).
Gracias Luis M. Alcántara, Coordinador de Voluntariado de los Centros Asistencial y de Acogida San Juan de Dios de Málaga, por su ayuda en la elaboración de este post.
Fuente fotos: SJD.ES (Galería Multimedia).
Enlaces:
San Juan de Dios Provincia Bética
Perfil Biográfico de San Juan de Dios,
por Francisco de la Torre Rodríguez
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